Necesitamos entonces trabajar con ella de forma concentrada, para mejorar la atención, y por otro lado necesitamos relajarla, permitir que ésta descanse, se libere de las emociones.
Focalizar la mente en un único objeto de percepción, como por ejemplo la respiración,
Un estado experimentado cuando la mente se disuelve y es libre de sus propios pensamientos, de sus propias emociones.
Del mismo modo que cuando el viento sopla, el mar se encrespa y las olas se vuelven más grandes, nuestra mente se agita con las emociones y pensamientos que surgen.
Serenidad y relajación.
Nuestra mente se volverá lúcida y espaciosa.
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